"Yo podría morir en este instante" leí en esa pared de fondo negro, lo leí con ese ánimo de resentimiento ajeno, perdiéndome un poco en la fantasía de la imagen que danzaba con su triste color. Lo cierto es que la oración inundaba mis recuerdos y hasta mis sueños, yo podría morir en este instante y nada cambiaría, como nada ha cambiado desde el principio, como nada ha cambiado de lo que ya está escrito. Caos y fatalidad desprovista de razón, desprovista de todo sentimiento eterno.
Los espejismos recobraron su imagen adhiriéndose como el aroma de una flor a todo los sueños que se perdieron en ese instante inconteniblemente verdadero. Si todo fuera perfecto, si todo esto es perfecto, y nuestras almas condenadas a esta tierra de oportunidades y tragedias - a este devenir eterno de anhelos y osadías, a esta vida que se nutre incansablemente de esperanzas - fueran algo opuesto, fueran una voz tiritante, si todo fuera perfecto... si todo fuera perfecto, piensa, si todo fuera perfecto, yo podría vivir este instante.
Alan Márquez Lobato
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