lunes, 2 de junio de 2014

Trabajo y Arte

[¿Te has dado cuenta que ya nadie trabaja y todo el mundo hace arte?]


Cheyenne. This must be the place. 2012

lunes, 5 de mayo de 2014

Al lector

[Afanan nuestras almas, nuestros cuerpos socavan
La mezquindad, la culpa, la estulticia, el error,
Y, como los mendigos alimentan sus piojos,
Nuestros remordimientos, complacientes nutrimos.

Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,
Con creces nos hacemos pagar lo confesado
Y tornamos alegres al lodoso camino
Creyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas.

En la almohada del mal, es Satán Trimegisto
Quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu
Y el precioso metal de nuestra voluntad,
Íntrego se evapora por obra de ese alquímico.

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!
A los objetos sórdidos les hallamos encanto
E, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,
ajamos hacia el Orco un diario escalón.

Igual al disoluto que besa y mordisquea
El lacerado seno de una vieja ramera,
Si una ocasión se ofrece de placer clandestino
La exprimimos a fondo como seca naranja.

Denso y hormigueante, como un millón de helmintos,
Un pueblo de demonios danza en nuestras cabezas
Y, cuando respiramos, la Muerte, en los pulmones
Desciende, río invisible, con apagado llanto.

Si el veneno, el puñal, el incendio, el estupro,
No adornaron aún con sus raros dibujos
El banal cañamazo de nuestra pobre suerte,
Es porque nuestro espíritu no fue bastante osado.

Mas, entre los chacales, las panteras, los linces,
Los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,
Los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,
En la, de nuestros vicios, infernal mezcolanza

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!
Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
Convertiría, con gusto, a la tierra en escombro
Y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

¡Es el Tedio! -Anegado de un llanto involuntario,
Imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tú bien conoces al delicado monstruo,
-¡Hipócrita lector -mi prójimo-, mi hermano]

Charles Baudelaire. Las flores del mal. 1857

miércoles, 30 de abril de 2014

Segunda existencia

[Aridez grandiosa, sobrenatural: es como si comenzase para mí una segunda existencia sobre otro planeta en el que la palabra fuese desconocida, en un universo reacio al lenguaje e incapaz de crearse uno.]

Emil Michel Cioran. Ese maldito yo. 1987

sábado, 19 de abril de 2014

miércoles, 2 de abril de 2014

El cangrejo más perfecto

[Entre sus muchas virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujo aún no estaba empezado. 'Necesito otros cinco años', dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurridos los diez años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante, con un solo gesto dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto.]

Italo Calvino. Seis propuestas para el nuevo milenio. 1985

viernes, 28 de marzo de 2014

El olvido

[Al igual que el tiempo, el espacio trae consigo el olvido; aunque lo hace desprendiendo a la persona humana de sus contingencias para transportarla a un estado de libertad originaria; incluso del pedante y el burgués hace, de un solo golpe, una especie de vagabundo. El tiempo, según dicen, es Lethe, el olvido; pero también el aire de la distancia es un bebedizo semejante, y si bien su efecto es menos radical, cierto es que es mucho más rápido.]

La montaña mágica. Thomas Mann

jueves, 27 de marzo de 2014

Ser o no ser

[Ser o no ser, he ahí el dilema:
si es más noble para el alma
soportar las flechas y pedradas de la áspera Fortuna
o armarse contra un mar de adversidades
y darles fin en el encuentro.
Morir: dormir, nada más.
Y si durmiendo terminaran las angustias
y los mil ataques naturales herencia de la carne,
sería una conclusión seriamente deseable.
Morir, dormir; dormir, tal vez soñar.
Sí, ese es el estorbo;
pues qué podríamos soñar en nuestro sueño eterno
ya libres del agobio terrenal,
es una consideración que frena el juicio
y da tan larga vida a la desgracia.
Pues, ¿quién soportaría los azotes e injurias de este mundo,
el desmán del tirano,
la afrenta del soberbio,
las penas del amor menospreciado,
la tardanza de la ley,
la arrogancia del cargo,
los insultos que sufre la paciencia,
pudiendo cerrar cuentas uno mismo
con un simple puñal?
¿Quién lleva esas cargas,
gimiendo y sudando bajo el peso de esta vida,
si no es porque el temor al más allá,
la tierra inexplorada
de cuyas fronteras ningún viajero vuelve,
detiene los sentidos
y nos hace soportar los males que tenemos
antes que huir hacia otros que ignoramos?
La conciencia nos vuelve unos cobardes,
el color natural de nuestro ánimo
se mustia con el pálido matiz del pensamiento,
y empresas de gran peso y entidad
por tal motivo se desvían de su curso
y ya no son acción.”

La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca . William Shakespeare.

domingo, 23 de marzo de 2014

Esto es una ilusión

Esto es una ilusión,
tú y yo lo sabemos,
pero la ilusión nos olbiga a creer,
y todos queremos creer en algo.

 Frgamentos. Alan Márquez Lobato

miércoles, 12 de febrero de 2014

No tengo miedo al invierno

[Grabé tu nombre y el mío en las arenas del mar,
y un juramento, que nunca me atrevería a jurar;
el viento, como el olvido, la arenita se llevó,
y ahora se ha vuelto arena, lo que juramos tú y yo.
No le prometas a nadie que nunca lo olvidarás,
porque el amor es eterno, y nuestra vida fugaz...”

Yo nunca te he de olvidar,
en la arena me escribías.
El viento lo fue borrando
y estoy muy solo mirando el mar.

¡Qué lindo cuando una vez,
bajo el sol del mediodía,
se abrió tu boca en el beso,
como un damasco lleno de miel!

Herida la de tu boca,
que lastima sin dolor.
No tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.

Quisiera volverte a ver,
sonreir frente a la espuma:
tu pelo suelto en el viento,
como un torrente de trigo y luz.

Yo sé que no vuelve más
el verano en que me amabas;
que es ancho y negro el olvido
y entra el otoño en el corazón

Herida la de tu boca,
que lastima sin dolor.
No tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.]

Tonada del viejo amor. Jaime Dávalos