lunes, 27 de mayo de 2013

El show debe continuar

[Otro héroe
Otro crimen sin sentido
Detrás del telón en la pantomima

Una y otra vez
¿Alguien sabe lo que estamos viviendo?

Pase lo que pase
Lo vivimos todos a la suerte
Otro dolor de corazón
Otro romance fallido

Una y otra vez
¿Alguien sabe lo que estamos viviendo?
El show debe continuar

Afuera, el alba
En el escenario
Que tiene nuestro destino final

El show debe continuar

En el interior, mi corazón se está rompiendo
Mi maquillaje puede ser descamación
Pero mi sonrisa aún se mantiene en...

El show debe continuar

Cubriré la cuenta
Ganaré la matanza
Tengo que encontrar la voluntad para llevar a
En el
En el

Con el espectáculo ... Con el espectáculo ... El show debe continuar]

Zidler & Satine. Moulin Rouge. 2001

miércoles, 15 de mayo de 2013

Un hombre realmente vivo

[Hoy se sabe menos que nunca lo que es eso, lo que es un hombre realmente vivo, y se lleva a morir bajo el fuego a millares de hombres, cada uno de los cuales es un ensayo único y precioso de la naturaleza. Si no fuéramos algo más que individuos aislados, si cada uno de nosotros pudiese realmente ser borrado por completo del mundo por una barra de fusil, no tendría ya sentido alguno relatar historias. Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo: es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo solo una vez de aquel modo y nunca más. Así, la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina, y cada hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención. En cada uno de los hombres se ha hecho forma el espíritu, en cada uno padece la criatura, en cada uno de ellos es crucificado un redentor.]

Demián. Hermann Hesse. 1919

martes, 7 de mayo de 2013

Espero curarme de ti

[Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.]

Jaime Sabines