Caerá como la última gota de lluvia sobre los campos tristes del herido. Caerá con el último lamento del tiempo, acusado indistintamente por las voces que corrompen las almas y ciegan con falsa dulzura la mirada, y ahí alejado de los sollozos que despiertan los ecos del miedo, blandiendo palabras que resurjan agitadamente del vacío, está su palabra, deshecha por el silencio, segregada en la tierra de los falsarios, de las tristes conveniencias sin horizonte ni razón.i
Alan Márquez Lobato
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