[- Recuerdo un día en el instituto, te miraba por la ventana de la biblioteca, y hablabas con Sara Motch.
- Dios mio, estaba loco por ella.
- Y tonteabas con ella, y ella estaba encantadora contigo, y luego, cuando te fuiste empezó a reirse de ti con Kim Kanetty, y fue como si se burlaran de mí... tú no tenías ni idea, parecías tan contento.
- Ya lo sabía
- ¿Y como estabas tan contento?
- Quería a Sara, Charles, y ese amor era mío, yo era el dueño, ni Sara tenía derecho a privarme de eso, yo puedo querer a quien quiera.
- Pero a ella le parecías ridículo.
- Bueno, ese era su problema, no el mío. Uno es lo que ama, no lo que le ama. Eso lo decidí hace mucho tiempo.]
Charlie & Donald Kaufman. El ladrón de orquídeas. 2002
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