Si todas las palabras tuvieran sentido...si cada uno de nuestros pensamientos se adhirieran a la eternidad, al infinito devenir de las circunstancias que se entretejen en los laberintos que nos vamos marcando con tediosa melancolía, con dulces voces que entonan melodías de esperanza.
Si todos los caminos condujeran a ti, a la magia viva de risas y sollozos, de algarabías y silencios; si de todo ello dependiera nuestra voluntad, nuestros sueños que tanto espíritu exigen, si mi voz dependiera de ello, o un simple pensamiento que arruinará las vanas intenciones de espíritus viles, perdidos en la oscuridad de su mundo lúgubre.
Si las palabras tuvieran sentido en tu nombre, en las malformaciones que el destino va marcando con voz indiferente y que agobian las virtudes que en algún momento nos dieron la fuerza para seguir andando en los turbios puentes de la vida y la muerte.
Si todo dependiera de ello ¿qué sería de nuestras palabras, qué sería de nuestros pensamientos y de los sueños que forman nuestro presente? Sí estas palabras tuvieran sentido, yo sería mi voz y mi pensamiento se ahogaría en tu nombre.
Si todos los caminos condujeran a ti, a la magia viva de risas y sollozos, de algarabías y silencios; si de todo ello dependiera nuestra voluntad, nuestros sueños que tanto espíritu exigen, si mi voz dependiera de ello, o un simple pensamiento que arruinará las vanas intenciones de espíritus viles, perdidos en la oscuridad de su mundo lúgubre.
Si las palabras tuvieran sentido en tu nombre, en las malformaciones que el destino va marcando con voz indiferente y que agobian las virtudes que en algún momento nos dieron la fuerza para seguir andando en los turbios puentes de la vida y la muerte.
Si todo dependiera de ello ¿qué sería de nuestras palabras, qué sería de nuestros pensamientos y de los sueños que forman nuestro presente? Sí estas palabras tuvieran sentido, yo sería mi voz y mi pensamiento se ahogaría en tu nombre.
Por Alan Márquez Lobato
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