jueves, 30 de noviembre de 2006

Sendero

La luna despierta su mirada afligida y lo reprende de su infame soledad. Pero él se pierde bajo su luz conforme sus pasos ahora delirantes se sienten ajenos, como aquélla brisa espesa que ahora lo abraza y lo hunde sobriamente en los espejos del abismo, ahí, tendido como un niño sin sueños, agotado de perseguir verdades sin fondo, decepcionado de sí mismo. 

Ahora puede sentir como su cuerpo es desgarrado por el tiempo, quien no deja de consumir hasta sus entrañas. Ahora el dolor regresa una y otra vez para despertarlo de cualquier privación de sentimiento, siempre para trasgredir cualquier momento de paz... el mínimo indicio de esperanza. 

Levántate dice la voz, en medio de tal desolación, pero ya no hay nada en él ¡Qué más da, andemos sobre el sendero descubierto! se repite mientras se va perdiendo nuevamente en la oscuridad.

Alan Márquez Lobato

No hay comentarios.: