Hay algo de traición, y en el fondo del sentimiento, se puede ver de forma fractal el desconocimiento... algo más que la ruptura de un sueño. Como un derrumbe colosal, como una mirada descubierta de abstracciones y con ella el miedo de la realidad. Un pilar cayó, y en él, parte de una lucha. Dejé vencerme por el miedo, por la traición, por el grito ensordecedor del silencio y por la envestidura del orgullo. No pude más y caí como Faeton soltando las riendas del sueño. Debe ser más grande aún porque todavía está de pie el pilar de la historia ajena, el pilar del tiempo y el espacio, el sueño sigue siendo el mismo. Por eso subo a pesar de las espinas que lo rodean sangrando desesperanza, a pesar de las serpientes que con su mirada burlan mi temor a equivocarme. Hay algo de ilusión que mantiene mi esperanza. En un tiempo quise que la gente creyera conmigo, y cuando dejé de creer, alguien dijo: creo en ti. ¿No es eso suficiente para subir?
Por Alan Márquez Lobato