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William Adolphe Bouguereau Dante et Virgile en enfer |
miércoles, 2 de marzo de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
Perduto
Io posso scordarti
seguendo la rotta
di un passero muto
Io posso allearmi
a gente diversa
che tu non conosci
Mi posso riempire di amori sfiniti
che non ho voluto
e sola di notte sentirmi morire
e non chiederti aiuto
Io posso scordarti
facendo ogni giorno una torta diversa
Io posso scordarti
passando le ore a contarmi le dita
Mi posso stancare
e arrivare alla notte più morta che viva
e poi nel mio letto confondere i sogni nel rosso del vino
Ce la farò a non soffrire più
a non parlare più da sola
Ce la farò a non pensare a te
a non volerti più
perduto…
seguendo la rotta
di un passero muto
Io posso allearmi
a gente diversa
che tu non conosci
Mi posso riempire di amori sfiniti
che non ho voluto
e sola di notte sentirmi morire
e non chiederti aiuto
Io posso scordarti
facendo ogni giorno una torta diversa
Io posso scordarti
passando le ore a contarmi le dita
Mi posso stancare
e arrivare alla notte più morta che viva
e poi nel mio letto confondere i sogni nel rosso del vino
Ce la farò a non soffrire più
a non parlare più da sola
Ce la farò a non pensare a te
a non volerti più
perduto…
miércoles, 19 de enero de 2011
martes, 11 de enero de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
Pavane pour une infante défunte
Pavana para una infanta difunta (Pavane pour une infante défunte) es una famosa pieza para piano solo escrita por el compositor francés Maurice Ravel. Fue compuesta en 1899 cuando Ravel estudiaba composición en el Conservatorio de París con Gabriel Fauré. En 1910, Ravel también publicó una versión orquestal de la Pavana. Una interpretación normal dura alrededor de seis minutos.
La obra evoca la digna elegancia de una recepción en la corte real de España, así como el grácil movimiento de una infanta en los pasos de una pavana, una danza lenta procesional que gozó de gran popularidad entre el siglo XVI y el siglo XVII. La alusión a estas refencias antiguas no significa que Ravel quisiera homenajear a alguna princesa histórica en particular, sino más bien expresar un entusiasmo nostálgico por la moda y la sensibilidad española que el autor compartía con muchos de sus contemporáneos (sobre todo Debussy, de Séverac o el propio Albéniz) y que manifestó en otras obras, tales como la Rapsodia española y el Bolero. Según algunos, Ravel quizás pensaba en Margarita Teresa de España, hija del rey Felipe IV de España.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Es muss sein
[El director estaba verdaderamente afectado.
Tomás se encogió de hombros y dijo: «Es muss sein. Es muss sein».
Era una alusión. La última frase del último cuarteto de Beethoven está escrita sobre estos dos motivos: Para que el sentido de estas palabras quedase del todo claro, Beethoven encabezó toda la frase final con las siguientes palabras: «Der schwer gefasste Entschluss»: «Una decisión de peso».
Con aquella alusión a Beethoven, Tomás volvía a referirse, en realidad, a Teresa, porque habíasido precisamente ella la que le había obligado a comprar los discos de los cuartetos y las sonatas de Beethoven.
La alusión resultó más adecuada de lo que él hubiera podido suponer, porque el director era un gran aficionado a la música. Se sonrió ligeramente y dijo en voz baja, imitando la melodía de Beethoven: «¿Muss es sein?»
Tomás dijo una vez más: «Ja, es muss sein».]
Milán Kundera. La insoportable levedad del ser. 1984
viernes, 24 de diciembre de 2010
Hoy es noche buena
Hoy es noche buena, pensó, con ese tinte triste e inerte que le caracterizó los últimos días. Respiró lentamente como deseando encontrar un poco de tranquilidad en su corazón. Le tomó algunas horas darse cuenta que el mediodía había llegado. Pensó en Dios y el silencio que provoca su nombre. Pensó en la eternidad de palabras e ideas que conglomeran su esencia y existencia. La idea del sufrimiento y de las diversas formas de corromperse que han mutilado a la humanidad no son asuntos que se resuelvan en una generación, en un siglo, no ha pasado nunca, se dijo, como si alguien lo escuchara con atención. Ahora la naturaleza humana parece hundirse en la miseria una y otra vez, como si buscar la felicidad fuera prohíbido. Como si hubiera demonios deambulando entre los hombres llenándolos de indignidad y podredumbre, azotando sus anhelos y voluntades, y por qué no, denigrando la idea de su amor por el prójimo y por la vida.
Hoy es noche buena, repitió, pensando como el hombre parece hartarse de sí mismo, derrumbándose por cuestiones idílicas que le arrebatan su realidad y la esencia de su vida. Ahora, murmuran sobre inexistencias y verdades, sobre conceptos alternos y entes sin espíritu. Se entusiasman del conocimiento que cada vez los envuelve y los lleva a un nivel de miseria aún mayor, como un laberinto cíclico y profano que va deformando su experiencia, como si toda búsqueda fuera transformando su memoria, como si todo su aprendizaje fuera equívoco y desafortunado.
Se levantó y observó por unos momentos el jardín y como la luz abraza cada rincón con diferentes matices, y como embellece las hojas que se agitan como si un coro de emociones saliera de ellas. Tomó su abrigo y salió por fin. Observó como la gente se apresuraba, y ponía en orden su día, para tener una noche de paz y tranquilidad, de alegría, de sueños nuevos y esperanzas que no se marchiten con el tiempo.
Hoy es noche buena, se dijo una vez más, y una inmensa melancolía le inundo el corazón. En una noche parecida, la gente volvió a creer. En una noche como la de hoy, la gente se sintió perdonada, y ese sentimiento de abandono que tantas generaciones vivieron, despareció. Ahora, el mundo no es diferente, el hombre no es diferente. Sólo somos hombres, que extrañamos la llegada de nuestro Dios, como la de aquella noche, donde el tiempo era eterno y el amor la esencia de la vida.
Hoy es noche buena.
Alan Márquez Lobato. 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
Carol of the bells
Carol of the bells. Verisón de John Williams.
Composición original de Mykola Leontovych.
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