jueves, 6 de enero de 2011

Pavane pour une infante défunte

Pavana para una infanta difunta (Pavane pour une infante défunte) es una famosa pieza para piano solo escrita por el compositor francés Maurice Ravel. Fue compuesta en 1899 cuando Ravel estudiaba composición en el Conservatorio de París con Gabriel Fauré. En 1910, Ravel también publicó una versión orquestal de la Pavana. Una interpretación normal dura alrededor de seis minutos.

La obra evoca la digna elegancia de una recepción en la corte real de España, así como el grácil movimiento de una infanta en los pasos de una pavana, una danza lenta procesional que gozó de gran popularidad entre el siglo XVI y el siglo XVII. La alusión a estas refencias antiguas no significa que Ravel quisiera homenajear a alguna princesa histórica en particular, sino más bien expresar un entusiasmo nostálgico por la moda y la sensibilidad española que el autor compartía con muchos de sus contemporáneos (sobre todo Debussy, de Séverac o el propio Albéniz) y que manifestó en otras obras, tales como la Rapsodia española y el Bolero. Según algunos, Ravel quizás pensaba en Margarita Teresa de España, hija del rey Felipe IV de España.
Ravel dedicó la Pavana a su patrona, la Princesa de Polignac. El pianista español Ricardo Viñes ofreció el estreno el 5 de abril de 1902. La Pavana fue calurosamente acogida por el público, pero recibió reseñas más críticas de los músicos seguidores de Ravel. Incluso, el mismo Ravel la consideró de una "forma harto pobre". Posteriores interpretaciones han tendido a ser demasiado lentas y pesadas. En una ocasión, Ravel escuchó una versión así, y después le mencionó al pianista que se llamana "Pavana para una infanta difunta", y no "Pavana difunta para una infanta".

No hay comentarios.: