Tintoretto
miércoles, 22 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Tú eres mejor que eso
[Déjame decirte algo que ya sabes.
El mundo no es arcoiris y amaneceres.
En realidad es un lugar malo y asqueroso.
Y no le importa lo duro que seas,
te golpeará y te pondrá de rodillas,
y ahí te dejará si se lo permites.
Ni tú ni nadie golpeará tan fuerte como la vida.
Pero no importa lo fuerte que puedas golpear,
importa lo fuerte que pueda golpearte
y seguir avanzando,
lo mucho que puedas resistir,
y seguir adelante.
¡Eso es lo que hacen los ganadores!
Ahora, si sabes lo que vales,
ve y consigue lo que vales.
Pero debes ser capaz de recibir los golpes
y no apuntar con el dedo y decir que eres
lo que eres por culpa de ese o el otro.
¡Eso lo hacen los cobardes!
¡Y tú no eres un cobarde!
¡Tú eres mejor que eso!]
Rocky Balboa. 2006
El mundo no es arcoiris y amaneceres.
En realidad es un lugar malo y asqueroso.
Y no le importa lo duro que seas,
te golpeará y te pondrá de rodillas,
y ahí te dejará si se lo permites.
Ni tú ni nadie golpeará tan fuerte como la vida.
Pero no importa lo fuerte que puedas golpear,
importa lo fuerte que pueda golpearte
y seguir avanzando,
lo mucho que puedas resistir,
y seguir adelante.
¡Eso es lo que hacen los ganadores!
Ahora, si sabes lo que vales,
ve y consigue lo que vales.
Pero debes ser capaz de recibir los golpes
y no apuntar con el dedo y decir que eres
lo que eres por culpa de ese o el otro.
¡Eso lo hacen los cobardes!
¡Y tú no eres un cobarde!
¡Tú eres mejor que eso!]
Rocky Balboa. 2006
Un tigre en la selva
[No hay soledad más profunda que la del samurái…
salvo la de un tigre en la selva… tal vez.
Bushido]
Le Samouraï. 1967
salvo la de un tigre en la selva… tal vez.
Bushido]
Le Samouraï. 1967
jueves, 16 de diciembre de 2010
La niebla era su propio olor
[Yacía dormido en el canapé del salón púrpura, rodeado de botellas vacías. Había bebido enormes cantidades; al final, hasta dos botellas del perfume de la muchacha pelirroja. Por lo visto, fue demasiado, ya que su descanso, aunque profundo como la muerte, no careció de sueños que lo cruzaron como jirones fantasmales y estos jirones eran claros vestigios de un olor. Al principio se deslizaron en franjas delgadas bajo la nariz de Grenouille pero después adquirieron la densidad de una nube; era como si se hallara en medio de un pantano que emanara una espesa niebla. Esta niebla fue ganando altura y pronto Grenouille se vio rodeado por ella, empapado de ella, y entre los jirones ya no quedaba ni rastro de aire limpio. Si no quería ahogarse, tenía que respirar esta niebla. Y la niebla era, como ya se ha dicho, un olor. Y Grenouille sabía de qué clase de olor se trataba. La niebla era su propio olor. El suyo, el de Grenouille, su propio olor.
Y lo espantoso era que Grenouille, aunque reconocía este olor como el suyo, no podía olerlo. ¡No podía, ni siquiera ahogándose en el propio olor, olerse a sí mismo!
Cuando comprendió esto con claridad, profirió un grito fuerte y terrible, como si lo quemaran vivo. El grito derrumbó las paredes del salón púrpura y los muros del castillo, salió del corazón, cruzó tumbas, pantanos y desiertos, pasó a gran velocidad por el paisaje nocturno de su alma, como un voraz incendio, le taladró la boca, perforó la destrozada galería e irrumpió en el mundo, resonando mucho más allá de la altiplanicie de Saint-Flour; fue como si gritara la montaña.]
Patrick Süskind. El Perfume.1985
miércoles, 15 de diciembre de 2010
martes, 14 de diciembre de 2010
Muerte en Teherán
[En cierta ocasión, un persa rico y poderoso paseaba por el jardín con uno de sus criados, compungido éste porque acababa de encontrarse con la Muerte, quien le había amenazado. Suplicaba a su amo para que le diera el caballo más veloz y así poder apresurarse y llegar a Teherán aquella misma tarde. El amo accedió y el sirviente se alejó al galope. Al regresar a su casa el amo también se encontró con la Muerte y le preguntó:
-¿Por qué has asustado y aterrorizado a mi criado?
- Yo no le he amenazado, solo mostré mi sorpresa al verle aquí, cuando en mis planes estaba encontrarle esta noche en Teherán - contestó la Muerte.]
martes, 23 de noviembre de 2010
La morada de los sueños
Permitió que el miedo lo cubriera, como un manantial desbordándose en su interior. Escuchó melodías ajenas y se sintió aún más extraño, luego se llevó las manos a los ojos cansados. Permitió que el sonido se disipará y que el silencio cubriera su voz. Le tomó algunos segundos darse cuenta del tiempo que había perdido, le tomó años darse cuenta que el destino estaba escrito. No había gesto alguno que dibujara un sentimiento, se remitió al pasado, al aire dulce que envolvía sus anhelos.
La luz se hizo difusa y el encanto de ese presente incierto se hizo un eco de nada. Su deseo no está escrito, su deseo se perdió junto con las escrituras que se perdieron en el cielo. Aún cuando la luna resplandece sus pasos se acercan tristes hacia la morada de los sueños, allá donde la voz se hace eco y la mirada absorbe el alma.
Dejó que el miedo se hiciera latente y que su voz se extinguiera en el océano de la nada. Palpó los sueños y aspiró el aire dulce que dejó su miedo.
Por Alan Márquez Lobato
martes, 2 de noviembre de 2010
Violencia
[Si hay violencia en nuestros corazones, es mejor ser violentos que ponernos el manto de la no violencia para encubrir la impotencia]
Mahatma Gandhi
Mahatma Gandhi
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