Michelangelo Merisi da Caravaggio Flagellazione di Cristo (1607) |
viernes, 29 de marzo de 2013
viernes, 8 de marzo de 2013
Hombre del tambor
Golpea el tambor, despierta el corazón
resuena el viento con su voz y el león comienza a despertar,
su sangre es fuego vivo
la tierra cimbra con sus pasos
y él respira con los latidos del tambor.
El hombre del tambor no deja de tocar
presiona con sus manos el corazón,
el latir no puede parar ya se desboca la ira
se desencadena su felicidad.
Hombre del tambor
golpea las olas y rompe los vientos
silencia al infame y detén el tiempo
revive nuestros sueños.
El león sube la montaña
su corazón sigue latiendo,
golpea hombre del tambor
rompe la desventura y la tragedía
y haz que siga con vida su valiente corazón
El corazón sigue latiendo
la sangre corre con vida,
El león vence los demonios
y el hombre del tambor no deja de tocar
resuena el viento con su voz y el león comienza a despertar,
su sangre es fuego vivo
la tierra cimbra con sus pasos
y él respira con los latidos del tambor.
El hombre del tambor no deja de tocar
presiona con sus manos el corazón,
el latir no puede parar ya se desboca la ira
se desencadena su felicidad.
Hombre del tambor
golpea las olas y rompe los vientos
silencia al infame y detén el tiempo
revive nuestros sueños.
El león sube la montaña
su corazón sigue latiendo,
golpea hombre del tambor
rompe la desventura y la tragedía
y haz que siga con vida su valiente corazón
El corazón sigue latiendo
la sangre corre con vida,
El león vence los demonios
y el hombre del tambor no deja de tocar
Alan Márquez Lobato
jueves, 7 de marzo de 2013
lunes, 4 de marzo de 2013
Una tela de algodón
El silencio nos cubrió y el hechizo se fue disipando. Quisimos cubrir la memoria con una tela de algodón, una que absorbiera el vacío que ahora se apropiaba de nuestras voces, de nuestros pensamientos... Una tela de algogón que fuese como las nubes y nos transportará a ese momento único y eterno, a ese pasaje oculto donde no existen los miedos ni las ataduras que la realidad suele procurarnos.
Alan Márquez Lobato
viernes, 1 de marzo de 2013
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