[De pronto vi a mi Europa Central en la inesperada vecindad de América Latina, dos límites de Occidente situados en extremidades opuestas, dos territorios descuidados, despreciadas, abandonados, dos territorios parias; y las dos partes del mundo más profundamente marcadas por la experiencia traumatizante del barroco. Digo traumatizante porque el barroco viajó a América Latina como el arte del conquistador, y a mi país llegó de la mano de una Contrarreforma particularmente sangrienta, lo cual incitó a Brod a llamar a Praga "la ciudad del mal"; vi dos partes del mundo iniciadas en la misteriosa alianza del mal y la belleza. Conversamos y de pronto vi un puente plateado, etéreo, tembloroso entre mi pequeña Europa Central y la inmensa América Latina.]
Milán Kundera. El Telón. 2005
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