El miedo ha envuelto una vez más las pocas fibras que quedan de ese espíritu redentor. Existe un miedo al que no se puede renunciar. Estoy cansado, harto de ver como se marchitan los sueños de la gente. Como se esfuma el eco de las oraciones y los cánticos que entonan las voces inocentes. La vida tiene miedo de si misma, de su existencia y de su terrible final. No hay causas justas que rediman nuestro sacrificio, no hay nadie detrás del horizonte que absuelva nuestra humanidad.
¿Es este un mundo de miserables? ¿Es este un mundo de sueños voraces que se consume en la tragedia? Es este nuestro mundo lleno de ilusiones y desencantos. Es este mi mundo, de miedos y sacrificios, de personas con existencias limitadas que trasgreden su naturaleza para sobrevivir a sus pensamientos.
¿Es este un mundo de miserables? Sí, es este un mundo de miserables. Es nuestro mundo.
Alan Márquez Lobato
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