Hay un sentimiento extraño que llega a mí y desbarata toda ilusión. Aparece ante mí una fractura del tiempo y el sendero que desplazaba el devenir del destino simplemente no existe.
Me rehuso a mirar las estelas que se han formado, aún las más cercanas que poco tiempo tuve para olvidar, mientras el corazón, vencido por el silencio, revienta el impulso contradictorio de la certeza. De espaldas al futuro 'incontinuo' no queda más que el impacto ocurrente de la frustración.
Se corrompe el deseo, se pierde lo que todo pensamiento alguna vez construyó como una idea, que por extraño que parezca, sugería su existencia.
Alan Márquez Lobato