Me postro ante Ti con toda la dicha y el amor que envuelve mi vida. Gracias Señor, gracias con toda mi alma, suena en mi corazón un grito de alegría que revienta toda infelicidad , incluso el temor más grande, lo supera con magistral belleza.
Vuelo a Ti con la desesperación de abrazarte y tomarte de las manos para decirte desde el fondo más íntimo de mi ser, Gracias...infinita y eternamente gracias por todo tu amor, por perdonarme una y otra vez, por no abandonarme en ningún momento, por abrazarnos con tu Luz....Gracias Señor...dejame descurir mi rostro y decirte una vez más...Gracias
Alan Márquez Lobato
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