tímido y sereno, en el desierto como una ruina,
arrinconar el sentimiento y perturbarlo con oraciones
oraciones clandestinas que se argullen utopías
No sentir nada y escaparse con el viento
el viento que entra como un extraño por la ventana
desairarse la piel con orgullo nuevo, con voz
y apagarse en silencio como una vela
huir como la luz que se va rompiendo, haciendose ajena
ajena hasta perderse con el aire y cosumarse
sacudir su fulgor, reprimir su vacio hasta vaciarse
y no sentir nada...
Alan Márquez Lobato