miércoles, 29 de diciembre de 2010

Es muss sein

[El director estaba verdaderamente afectado.
Tomás se encogió de hombros y dijo: «Es muss sein. Es muss sein».
Era una alusión. La última frase del último cuarteto de Beethoven está escrita sobre estos dos motivos: Para que el sentido de estas palabras quedase del todo claro, Beethoven encabezó toda la frase final con las siguientes palabras: «Der schwer gefasste Entschluss»: «Una decisión de peso».
Con aquella alusión a Beethoven, Tomás volvía a referirse, en realidad, a Teresa, porque habíasido precisamente ella la que le había obligado a comprar los discos de los cuartetos y las sonatas de Beethoven.
La alusión resultó más adecuada de lo que él hubiera podido suponer, porque el director era un gran aficionado a la música. Se sonrió ligeramente y dijo en voz baja, imitando la melodía de Beethoven: «¿Muss es sein?»
Tomás dijo una vez más: «Ja, es muss sein».]

Milán Kundera. La insoportable levedad del ser. 1984

viernes, 24 de diciembre de 2010

Hoy es noche buena

Hoy es noche buena, pensó, con ese tinte triste e inerte que le caracterizó los últimos días. Respiró lentamente como deseando encontrar un poco de tranquilidad en su corazón. Le tomó algunas horas darse cuenta que el mediodía había llegado. Pensó en Dios y el silencio que provoca su nombre. Pensó en la eternidad de palabras e ideas que conglomeran su esencia y existencia. La idea del sufrimiento y de las diversas formas de corromperse que han mutilado a la humanidad no son asuntos que se resuelvan en una generación, en un siglo, no ha pasado nunca, se dijo, como si alguien lo escuchara con atención. Ahora la naturaleza humana parece hundirse en la miseria una y otra vez, como si buscar la felicidad fuera prohíbido. Como si hubiera demonios deambulando entre los hombres llenándolos de indignidad y podredumbre, azotando sus anhelos y voluntades, y por qué no, denigrando la idea de su amor por el prójimo y por la vida.

Hoy es noche buena, repitió, pensando como el hombre parece hartarse de sí mismo, derrumbándose por cuestiones idílicas que le arrebatan su realidad y la esencia de su vida. Ahora, murmuran sobre inexistencias y verdades, sobre conceptos alternos y entes sin espíritu. Se entusiasman  del conocimiento que cada vez los envuelve y los lleva a un nivel de miseria aún mayor,  como un laberinto cíclico y profano que va deformando su experiencia, como si toda búsqueda fuera transformando su memoria, como si todo su aprendizaje fuera equívoco y desafortunado.

Se levantó y observó por unos momentos el jardín y como la luz abraza cada rincón con diferentes matices, y como embellece las hojas que se agitan como  si un coro de emociones saliera de ellas. Tomó su abrigo y salió por fin. Observó como la gente se apresuraba, y ponía en orden su día, para tener una noche de paz y tranquilidad, de alegría, de sueños nuevos y esperanzas que no se marchiten con el tiempo. 

Hoy es noche buena, se dijo una vez más, y una inmensa melancolía le inundo el corazón. En una noche  parecida, la gente volvió a creer. En una noche como la de hoy, la gente se sintió perdonada, y ese sentimiento de abandono que tantas generaciones vivieron, despareció. Ahora, el mundo no es diferente, el hombre no es diferente. Sólo somos hombres, que extrañamos la llegada de nuestro Dios, como la de aquella noche, donde el tiempo era eterno y el amor la esencia de la vida.

Hoy es noche buena. 

Alan Márquez Lobato. 2010

jueves, 23 de diciembre de 2010

lunes, 20 de diciembre de 2010

Tú eres mejor que eso

[Déjame decirte algo que ya sabes.
El mundo no es arcoiris y amaneceres.
En realidad es un lugar malo y asqueroso.

Y no le importa lo duro que seas,
te golpeará y te pondrá de rodillas,
y ahí te dejará si se lo permites.

Ni tú ni nadie golpeará tan fuerte como la vida.

Pero no importa lo fuerte que puedas golpear,
importa lo fuerte que pueda golpearte
y seguir avanzando,
lo mucho que puedas resistir,
y seguir adelante.
¡Eso es lo que hacen los ganadores!

Ahora, si sabes lo que vales,
ve y consigue lo que vales.
Pero debes ser capaz de recibir los golpes
y no apuntar con el dedo y decir que eres
lo que eres por culpa de ese o el otro.
¡Eso lo hacen los cobardes!
¡Y tú no eres un cobarde!
¡Tú eres mejor que eso!]

Rocky Balboa. 2006

Un tigre en la selva

[No hay soledad más profunda que la del samurái…
salvo la de un tigre en la selva… tal vez.

Bushido]

Le Samouraï. 1967

jueves, 16 de diciembre de 2010

La niebla era su propio olor

[Yacía dormido en el canapé del salón púrpura, rodeado de botellas vacías. Había bebido enormes cantidades; al final, hasta dos botellas del perfume de la muchacha pelirroja. Por lo visto, fue demasiado, ya que su descanso, aunque profundo como la muerte, no careció de sueños que lo cruzaron como jirones fantasmales y estos jirones eran claros vestigios de un olor. Al principio se deslizaron en franjas delgadas bajo la nariz de Grenouille pero después adquirieron la densidad de una nube; era como si se hallara en medio de un pantano que emanara una espesa niebla. Esta niebla fue ganando altura y pronto Grenouille se vio rodeado por ella, empapado de ella, y entre los jirones ya no quedaba ni rastro de aire limpio. Si no quería ahogarse, tenía que respirar esta niebla. Y la niebla era, como ya se ha dicho, un olor. Y Grenouille sabía de qué clase de olor se trataba. La niebla era su propio olor. El suyo, el de Grenouille, su propio olor.
Y lo espantoso era que Grenouille, aunque reconocía este olor como el suyo, no podía olerlo. ¡No podía, ni siquiera ahogándose en el propio olor, olerse a sí mismo!

Cuando comprendió esto con claridad, profirió un grito fuerte y terrible, como si lo quemaran vivo. El grito derrumbó las paredes del salón púrpura y los muros del castillo, salió del corazón, cruzó tumbas, pantanos y desiertos, pasó a gran velocidad por el paisaje nocturno de su alma, como un voraz incendio, le taladró la boca, perforó la destrozada galería e irrumpió en el mundo, resonando mucho más allá de la altiplanicie de Saint-Flour; fue como si gritara la montaña.]

Patrick Süskind. El Perfume.1985

martes, 14 de diciembre de 2010

Muerte en Teherán

[En cierta ocasión, un persa rico y poderoso paseaba por el jardín con uno de sus criados, compungido éste porque acababa de encontrarse con la Muerte, quien le había amenazado. Suplicaba a su amo para que le diera el caballo más veloz y así poder apresurarse y llegar a Teherán aquella misma tarde. El amo accedió y el sirviente se alejó al galope. Al regresar a su casa el amo también se encontró con la Muerte y le preguntó:
-¿Por qué has asustado y aterrorizado a mi criado?
- Yo no le he amenazado, solo mostré mi sorpresa al verle aquí, cuando en mis planes estaba encontrarle esta noche en Teherán - contestó la Muerte.]


Viktor E. Frankl. El hombre en busca del sentido. 1946